El Gran Gatsby

Han tenido que pasar algunos años para
que Hollywood decida realizar una nueva producción del gran libro de F. Scott
Fitzgerald: “El Gran Gatsby”. Esta vez ha sido el director Baz Luhrmann,
acompañado de Leonardo DiCaprio, la bellísima Carey Mulligan y una banda sonora
excepcional quien ha comandado el remake
de esta película. El más conocido hasta hoy era el que protagonizó Robert
Redford en 1974. A propósito de su próximo estreno, todavía distante en las
salas de cine ecuatorianas, decidí releerlo y el resultado no fue
decepcionante. El libro de Fitzgerald sigue siendo uno de los mayores
exponentes de la sociedad estadounidense de los años veinte, marcados por el
jazz, el contrabando de alcohol y las poderosas mafias. Su prosa, así como la
cantidad de imágenes que el autor nos muestra sobre la rica sociedad neoyorquina,
las mansiones, los autos y las fastuosas fiestas que rodean a la historia son
fascinantes.
El personaje central, Jay Gatsby, es enigmático
por la cantidad de misterios que lo envuelven y los sentimientos reprendidos
que dan forma a su personalidad. Solitario y ausente, incluso en sus mismas
fiestas, tiene como ilusión y único objetivo reconquistar a su viejo amor, con
quien no pudo estar años antes por falta de dinero. Impecablemente vestido en
todo momento y poseedor de una mansión con grandes jardines, Gatsby evoca
aquellos héroes pasados movidos por romanticismos sin límites. El resultado, sin
embargo, no es el esperado ya que las ilusiones que lo motivan son demasiado
inocentes como para que cuajen en la compleja élite americana a la que, en
realidad, nunca perteneció.
Fitzgerald construye así, un personaje
referente de toda una época que se nutre de sus propias experiencias y
vivencias. En realidad, aquel sentimiento de inferioridad económica que motiva
a Gatsby a buscar el dinero en forma rápida, es algo del propio autor, que
vivió con altibajos y nunca llegó a disfrutar de un éxito permanente. Fitzgerald
nunca pudo gozar del éxito de su novela y no fue, sino luego de algunos años de
su muerte, que ésta llegó a ser traducida a más de veintisiete lenguas.
© Artículo publicado en el Diario el Heraldo 7-05-2013
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