¡Feliz cumpleaños Hayek!
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Hayek es importante en la
historia por haber sido uno de los protagonistas del tándem dialéctico
económico más sonado del siglo pasado. Lo protagonizó frente al carismático y
popular John Maynard Keynes, quien fue un verdadero encantador de serpientes y
de gobernantes (Rafael Correa, por ejemplo, es un gran aplicador de sus ideas).
El debate, en donde Hayek y Keynes discutieron, entre otras cosas, sobre el
gasto público y las tasas de interés lo ganó, en primer lugar, Keynes. Su idea
de que el bienestar se lograría aumentando el gasto público y bajando las tasas
de interés gustó mucho a la clase intelectual y política. En cambio, las ideas
menos sexys de Hayek, que proponía la simple ecuación de ahorrar antes de
gastar, de no imprimir billetitos y de no reemplazar la inversión privada con
el gasto estatal, no fueron acogidas mayoritariamente. Pronto, el sencillo y
bonachón Friedrich se vio en un ostracismo de muchos años ante en la opinión
pública.
Sin embargo, como en toda historia de héroes que
resurgen de sus propias cenizas, Hayek tuvo su regreso triunfal en 1974 al
ganar el Premio Nobel de Economía y al ver florecer sus ideas ante el fracaso teórico
y práctico de las ideas keynesianas. Su legado continuó con dos exitosos gobernantes
que aplicaron varios de sus postulados económicos: Ronald Reagan y Margareth
Thatcher. Es célebre la imagen de la fallecida Dama de Hierro cuando, en una visita institucional en la cual le
sugerían que el partido conservador debía tomar un camino ´pragmático´ y alejarse
de los extremos, Maggie, sacando de su maleta el libro de Hayek, “Camino a la Servidumbre”,
interrumpió al expositor y empuñando el libro exclamó: “Esto es en lo que
creemos”. Momentos de oro para el querido Friedrich, a quien deliberadamente se
suele olvidar cuando la popularidad política es más importante que tener las
cuentas de la casa en orden.
©Artículo publicado en el Diario el Heraldo 14-05-2013
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