La yapa de la crisis

Los tiempos de crisis tienen sus tiempos de oportunidades. Como el agua y el aceite y como el blanco y el negro. Ejemplos reales:

La influencer quiteña de salud y nutrición que, a través de Instagram, ideó un seminario de coaching online y vendió 240 cupos a USD 77. En 3 días de pandemia produjo USD 18.480.

La cocinera mexicana que hizo lo mismo y, por USD 100, compartió a sus inscritos 100 recetas saludables. Lo mismo, más de 300 inscritos. Hagan las cuentas.

Los agricultores de Píllaro que montaron la distribución de tubérculos y hortalizas a domicilio durante el confinamiento, con pedidos telemáticos.

El tendero de la calle Humboldt en Quito que transformó su simple tienda en un potente minimercado al que no le falta nada y al que acude todo el sector a comprar, en efectivo, lo del día. Más rápido y más surtido que ir al propio Supermaxi.

La plataforma Rappi que, quizás anticipándose a lo que venía y probablemente invirtiendo mucho dinero, es la única que tiene repartidores por toda la capital llevando pedidos, sin colapsar. Las demás ya colapsaron.

Los jóvenes esposos indígenas de Saquisilí que, con su camioneta repleta de papa chola en quintales y arrobas, vaciaron el balde en una mañana vendiendo a los hambrientos residentes del norte de Quito. Amables, alegres y repartiendo yapas a todos.

En fin, una muestra de que la crisis tiene sus oportunidades. Para el que se adapta, ingenia y no se deprime.

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